top of page

Mensaje a mi hijo un día después de mi muerte

Foto del escritor: Gabriela Torres De Moroso BussettiGabriela Torres De Moroso Bussetti

Actualizado: 30 ene


Sí. Hoy te permito llorarme con fuerza. Con todo el dolor que tu alma herida te lo permita. Incluso permítete gritar si lo necesitas y concédete el permiso de caer. Vive mi muerte... pero sigue vivo.

Hoy deja que el dolor te atraviese y que el dolor duela. Que se sienta en cada célula de tu cuerpo. Pero mañana, pasado mañana o cuando tú lo determines, escucha bien: Te pido en nombre del amor que nos tenemos y que nos tendremos hasta que tú también mueras que no te quedes ahí. Porque la muerte acaba con la vida, mas no con la relación entre nosotros.

Por el amor entre nosotros te pido hijo: No uses mi ausencia como una excusa para caerte o para detenerte.

¿Crees que te traje a la vida para que el día de mi partida te permitas morir conmigo? ¡No!

No te atrevas a dejar de vivir por mi muerte. Nunca he sido el fin de tu historia. Soy sólo un medio por el que Dios eligió que llegaras a este mundo, pero tu vida y la de tus hermanos no se detiene porque la mía lo haya hecho.

El dolor es un maestro cruel, lo sé, que nos deja desnudos frente a nuestra fragilidad. Pero también nos muestra MUCHO -si se lo permitimos- sobre nuestra propia fortaleza. Porque después del dolor del duelo, seguimos de pie. Más sabios. Más fuertes. Y mientras sigamos aquí, nuestra sabiduría interior nos indica: A vivir. No por mí hijo, no por los demás. Por ti. Por lo que tú eres y seguirás siendo después de mi partida.

Ayer nos dimos el último adiós en esta tierra. Por favor, no uses mi recuerdo como un ancla. Úsalo como siempre has usado todos y cada un de tus recursos. Para seguir siendo lo que tú eres para tantos: un gran faro y una guía que ilumina el camino cuando todo parece perdido en el futuro, porque ahi estaré. En cada una de tus elecciones, yo estaré. Recuerda nuestras risas, nuestros abrazos, pero no te quedes atrapado en ellos. Quiero que sigas siendo un río que fluye, que avanza y que transforma para mejor todo lo que toca. Siempre recordándote que donde estás, estoy.

Así que sí, hoy sí. Llórame. Porque todos los duelos duelen... Permítete sentir tu duelo. Pero después de cada lágrima, después de sentir la presencia de mi ausencia, elige vivir. Elige caer y levantarte otra vez. Elige seguir amando a los que te aman, porque ese es mi legado en ti.

La vida es apenas un instante. No desperdicies tu tiempo mirando a esa silla vacía. Porque, aunque ya no esté de la forma que tú quisieras, sigo contigo. Hoy me he mudado. Ya no vivo a tu lado. Vivo en tu interior. Estoy en cada elección tuya, donde se reflejan los valores que aprendiste de tu padre y de mí misma. Y sigo aquí, diciéndote con toda mi fuerza que el amor entre nosotros me permite transmitir: ¡A VIVIR!

Desde donde hoy estoy y para siempre:

Tu mamá.

-------------------------------------------------------------------------------

Dedicado al Arq. Artemio Zamora con mucho cariño...

Gabriela Torres de Moroso Bussetti,

Psicóloga clínica y tanatóloga

Enero del 2025

104 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page