La viudez femenina en el invierno de la vida…
- Gabriela Torres De Moroso Bussetti

- 26 sept
- 3 Min. de lectura
Perder a la pareja por fallecimiento no es lo mismo para hombres y mujeres. Pero incluso no es lo mismo para una mujer que para otra. La pérdida es absolutamente única y personal. Individual.
Pero quiero hablar de nosotras, de las mujeres que nos quedamos viudas particularmente en este país, México. De las mujeres que enfrentamos una viudez al inicio del invierno de nuestras vidas. Gran parte de las mujeres viudas en este país tienen de más de 60 años. En México según datos del INEGI ocho de cada 10 personas viudas son mujeres (INEGI, 2015). Las causas pueden ser diversas, pero finalmente existen más mujeres viudas que hombres en estado de viudez.
Pero como dije, ser viuda no es lo mismo para todas. Esto depende del perfil de relación con nuestra pareja. es decir, si vivimos con ellos en una relación equilibrada y de calidad (ganar-ganar), de subordinación en lo afectivo y lo económico (perder-ganar); o de si había un distanciamiento o divorcio emocional entre ambos (perder-perder).
Por consecuencia, superar el duelo y el periodo de adaptación a lo nuevo que presupone para nosotras perder a la pareja, depende también de los recursos psicológicos y emocionales que tengamos. De nuestro coeficiente emocional y de si tenemos una consolidación a nivel social y económico.
Cuando no está resuelta nuestra condición de dependencia afectiva o económica, la viudez se vive como una carga mucho más pesada que dependerá mucho de las oportunidades que tengamos para darnos cuenta de que necesitamos ayuda para elevar y analizar los recursos psicológicos, sociales y económicos con los que contamos.

El periodo de duelo
Para explicar el duelo, me apoyaré en la teoría de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross, quien lo divide en cinco fases (aunque en lo personal no todas mis pacientes las viven en este orden estricto):
La negación ante la sorpresa por la pérdida; la depresión cuando no podemos negarlo más. Estamos solas. Lo que sigue es el enojo de sentirnos solas; la resignación (que es aceptar con enojo) y finalmente la aceptación. Ese estado de calma asociado a la comprensión de que la muerte y otras pérdidas son parte de la vida. Porque las parejas mueren, o nos abandonan. No hay más opciones. Y dependiendo de todas las particularidades de cada relación, de las que hablé ya, del contexto y de nuestros recursos, cada mujer tiene un tiempo único (puede tardarse más o menos tiempo) para transitar por las cinco fases y llegar a la aceptación.
Por supuesto, existen mujeres que “se detienen” en alguna de las fases. Según la calidad de su relación y su historia personal, algunas mujeres se quedan en el enojo o en la depresión, pero para eso están la psicoterapia, los talleres y los campamentos terapéuticos.
Finalmente, por fortuna cada vez existe menos en nuestra sociedad el modelo tradicional de pareja, con una mujer dependiente emocional y económica del hombre del que fue pareja y donde esa mujer se permita retomar su propia vida. Ya sea acompañada por un nuevo compañero o de ella misma, como la mejor compañera en el invierno de su vida.
Sin más.
Dedicado a una gran amiga que me muestra el camino unos pasos adelante ahora... Claro. Hablo sólo de estadísticas.
Gabriela Torres de Moroso Bussetti
Psicóloga clínica por la UNAM
Cédula Profesional 3275699




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