El fracaso nunca me supera si mi determinación de triunfar es lo suficientemente fuerte.
Og Mandino.
La clave es cambiar de paradigma: Basarnos en soluciones y no en conflictos, pero sobre todo dando prioridad a vivir estas situaciones de la mejor manera posible, vivirlas eligiendo la respuesta correcta ante el estímulo. Para ello necesitamos ejercitarnos emocional y espiritualmente. Ante situaciones difíciles se activan sentimientos como la rabia, la envidia o el apego.
Estas situaciones son sólo un espejo que me muestra cómo ese sentimiento está dentro de mí y me pertenece. Y recordar que yo siempre puedo elegir, me tranquiliza. Las situaciones que vivimos en nuestro día a día son espejos que nos ayudan a conocernos mejor. A través de ellas, podemos ver dónde está nuestro límite, cuáles son nuestras cualidades y nuestros defectos.Poco a poco podremos entrenarnos y desarrollar nuestra musculatura emocional. Podemos entrenarnos con sesiones de meditación o con nuestro Gimnasio emocional y familiarizarnos con la paciencia hasta que ésta se vuelva natural y forme parte de nuestro repertorio conductual.
Pero es en el día a día donde existen más oportunidades para practicar estas enseñanzas y g-elecciones. En la vida cotidiana, en la relación con las personas y ante las situaciones difíciles, es donde tu coeficiente emocional se pone en acción.
Esta es nuestra rutina emocional para repetir (es decir recordar) durante todo este día: “Hoy elijo convertir mi error en lección. La adversidad, perseverancia y todas esas cosas me pueden dar forma y tono muscular emocional. Elijo reconocer que me pueden dar un valor y una autoestima sin precio…” ¡Te deseo un día lleno de amor y de consciencia de ti misma!
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